lunes, 28 de marzo de 2011

El TULIP ¿Qué se necesita para entender las doctrinas de la gracia?

Depravación Total –todo ser humano ha sido corrompido por el pecado a tal extremo que no puede ser salvo ni por sus obras ni por su fe natural.

Elección Incondicional – la elección y la fe salvadora son un don de Dios. Él elige incondicionalmente, desde antes de la fundación del mundo, a los que han se ser salvos.

Expiación Particular o limitada – la muerte de Cristo es suficiente para expiar los pecados de todo el mundo pero su eficacia salvadora está limitada particularmente a los elegidos.

Gracia Irresistible – en su gracia soberana Dios llama y regenera eficaz e irresistiblemente a sus elegidos para salvación.

Perseverancia de los Santos – Dios preserva a sus elegidos para salvación y les da la gracia, el poder y la provisión para perseverar hasta el fin.

¿Qué se necesita para entender las doctrinas de la gracia?
Dos cosas se necesitan para entender las doctrinas de la gracia: la infinita soberanía de Dios y la absoluta pecaminosidad del hombre. Es imposible entender estas doctrinas cuando se le atribuye merito al esfuerzo, a la fe o a la voluntad humanas. La única manera de entenderlas es reconocer que la salvación pertenece a Jehová (Job. 2.9), que es Él quien nos elige a nosotros, no nosotros a Él (Juan 15.16), que Él nos escogió antes de la fundación del mundo (Ef. 1.4), que la salvación no depende del que quiere ni del que corre sino de Dios quien tiene misericordia (Rom. 9.1516).

Estas son doctrinas totalmente centrada en Dios y son las únicas por medio de las cuales se puede realmente atribuir a Dios todo el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza (Ap. 5.12; 4.11; 1 Crónicas 29.11). Quienquiera que entienda y reconozca la suprema soberanía Divina y la gravedad de la condición pecaminosa del hombre llega inevitablemente a las doctrinas de la gracia.

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