lunes, 25 de abril de 2011

Limpiados para llevar fruto. Juan 15:2

Por: María Inés Castellanos.

En cierta ocasión observe una árbol que había dado una cosecha abundante de frutos, pero al terminar la cosecha el dueño le cortó unas ramas, cuando lo ví me conmovió y le pregunté: ¿Por qué le corta las ramas si dió bastantes frutos?.- el dueño me contestó: -lo estoy podando para que dé más frutos.

Muchas veces surgen situaciones en nuestra vida, que tienen el propósito de limpiarnos y refinarnos para llevar más fruto.

San Juan 15:2 dice: "Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará;"... esta es una advertencia a todo creyente que no lleve una vida agradable a Dios, una vida que dé el fruto del espíritu.  "...y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto". Al igual que un árbol, que necesita ser "podado" para darle forma, controlar su crecimiento, limpiarlo para evitar que sea atacado por plagas y enfermedades y estimular su producción de frutos; el creyente necesita estar en un constante proceso de perfeccionamiento con el propósito de llevar una vida abundante y agradable a Dios.

martes, 5 de abril de 2011

El Arrepentimiento Verdadero

Mensaje del Pastor Francisco Lozano, correspondiente a la serie "Estudio de la Salvación":

La Teologia del Pacto

Por Víctor B. García
La teología del pacto es una explicación coherente de la historia de la revelación bíblica. A través de ella podemos contemplar la unidad de las Escrituras y del plan de redención. La teología del pacto no es una simple doctrina sino un sistema integral; además es una herramienta hermenéutica, es decir una herramienta para la correcta interpretación de la Biblia. La Teología del Pacto es una armonización de los pactos
bíblicos entre los cuales el pacto de gracia es el más prominente.

Fue por el pacto de gracia que Adán, en lugar de ser aniquilado al quebrantar el pacto de obras que Dios había hecho con él en el Edén, recibió la promesa de un redentory una redención eterna. El embrión de este pacto de gracia es la promesa de Génesis 3.15 donde Dios anunció la venida de uno que vencería a la serpiente y a quien llamó ‘la simiente de la mujer.’ Esta simiente de la mujer encuentra su consumación en Cristo, y su identidad fue revelada paulatinamente a través de grandes pactos sucesivos de la historia de la redención que Dios hizo en diferentes épocas y con diferentes hombres.

Estos pactos, hechos en el antiguo testamento con Noe, Abraham, Moisés y David, están conectados uno con el otro y se derivan del pacto de gracia. La teología de la Biblia es estructurada y armonizada dentro del marco de estos pactos sucesivos. Ellos culminan y son consumados en el Nuevo Pacto hecho por nuestro Señor Jesucristo por su muerte en la cruz.

La teología del pacto explica el progreso de la historia de la redención a través de los diferentes pactos, nos permite ver la unidad del antiguo y el nuevo testamento y evita la confusión y las inconsistencias en la interpretación de la escatología (las doctrinas sobre el futuro y los tiempos finales) la soteriología (las doctrinas sobre la salvación) y la eclesiologia (las doctrinas sobre la iglesia). Estos pactos están conectados por la promesa mencionada o aludida en cada pacto: “Yo seré tu Dios y vosotros seréis mi pueblo,” una frase que aparece por primera vez en Gen. 17.7 y por última en Apocalipsis 21.3, pero se menciona o es aludida repetidamente cada vez que Dios establece, ratifica o renueva un pacto. La plenitud máxima de esta promesa se manifiesta en la persona de Cristo, el supremo consumador del pacto de gracia, Emmanuel, Dios con nosotros.