Por: Eliseo Martínez
INTRODUCCION
Chester O. Galloway, afirmo lo siguiente: “los
objetivos más que en cualquier otra época de la historia, deben ser articulado
en su dirección” (Explorando la Educación Cristiana, pág. 84) Hay un variado
contexto de disciplinas y tareas, donde es válida esta afirmación.
Si es el trabajo pastoral, el tener objetivos, se
traduce en dos aspectos esenciales y fundamentales: (1) toda acción a seguir
debe ser determinada por objetivos claros y específicos. (2) La búsqueda de los
objetivos trazados, requiere el coordinar adecuadamente toda acción.
OBJETIVOS
El trabajo pastoral es muy amplio y posee variantes
determinadas por la iglesia que se pastorea. Variantes geográficas,
socioculturales y la habilidad o competencia misma del pastor. Esta realidad
requiere que la tarea pastoral se enfrente responsablemente, conociendo donde
nos encontramos y que queremos alcanzar.
¿Qué queremos alcanzar? Si queremos lograr resultados
trazados, se debe invertir tiempo suficiente y articular clara y
específicamente que objetivos queremos alcanzar, para ello definamos que
entendemos por objetivos y en segundo lugar como podemos elaborarlos en palabras
claras entendibles.
¿Qué entendemos por objetivos? Paul Vieth, nos dice:
“Es una declaración de un resultado conscientemente aceptado como el producto
deseado de un proceso dado”. Según un diccionario de sinónimos, otras palabras
que describen objetivo, son: propósito, finalidad, designio, meta, destino.
Jesús nos ilustra, el trazarse un objetivo para lo que
se hace al llamar a sus discípulos les expuso su objetivo: Seguidme y yo os
hare pescadores de hombres” (Mateo 4:19). Jesús llamo a Pedro y a su hermano Andrés
para formarlos como pescadores de hombres. Esta es la razón por la que al final
de su ministerio les comisión el ir y hacer discípulos a todas las naciones,
Mateo 28:19-20.
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