lunes, 27 de septiembre de 2010

SALMO 23.

 (Escrito por Tomás Eliseo Martínez)

1. Este es uno de los textos bíblicos más conocidos y amados por el creyente. Nos habla de una relación  personal de cuidado ministerio y al mismo tiempo de dependencia, de confianza y de
pertenencia.

2. El salmista comienza con el nombre con el cual Dios se dio a conocer a Moisés. Jehová es el que es, por sí mismo y se manifiesta al hombre de acuerdo a su necesidad. Para el enfermo es el sanador, para el cansado es la fuerza, para el deprimido él es la roca eterna, para el perseguido es el refugio, para el que está siendo atacado es el escudo. No importa cual sea la necesidad, si Jehová es el pastor nada hace falta.

3. El salmista dice: Jehová es mi pastor nada me faltará. Primero afirma una mutua relación, dice mi pastor, Jehová, el pastor mío. El me pastorea, porque yo soy suyo, le pertenezco. Esta es una relación muy personal con Dios que no todos experimentan. Es decir cualquiera puede leer y hasta memorizar estas palabras, pero no es verdad para el que no tiene esta relación de pertenencia, yo soy de Dios y Dios es mío.

4. Jesús se llamó el buen pastor y hasta dio su vida por las ovejas, Juan 10. Y si dio su vida, ¿cómo no nos dará lo demás?, él es mi pastor, nada me falta. Esta es una afirmación de fe: Jehová es mi pastor nada me falta. Recuerdo las lágrimas de una hermana diciéndome: El Salmo 23 no es verdad en mi vida, a mí me falta todo. Max Lucado, cuenta la historia de un hombre que llegó a donde el pastor y le dijo: Lo he perdido todo.
Pastor: ¿has perdido tu carácter? 
Hermano: No sigo siendo yo 
Pastor: ¿Has perdido tu fe? 
Hermano: No pastor, sigo teniendo mi fe 
Pastor: ¿Has perdido la salvación?
Hermano: No, no pastor, creo que Dios me dio vida eterna.
Pastor: Si no has perdido tu carácter, tu fe y tu salvación, que es lo más importante en la vida, no has perdido nada. Todo en la vida es temporal, menos nuestra relación con Dios, la cual es por toda la eternidad.

5. Jehová me da descanso al brindarme delicados pastos. Jehová es el responsable de que esté alimentado, descanso cuando se que los recursos que necesito para enfrentar la vida con el pan de cada día, vienen de Dios. No sólo el alimento material para el cuerpo, sino el pan que necesita el alma, ya que no sólo de pan vive el hombre. Descanso, porque no me afano por el mañana, ya que Dios se preocupa por mí, la parte mía es confiar en que él me dará el pan.

6. Jehová tiene cuidado de no exponerme al peligro. Jehová me pastorea juntos a aguas tranquilas, no me expone al peligro de aguas turbulentas, aguas peligrosas que amenacen mi seguridad. Me da seguridad al tenerme junto aguas tranquilas, me tiene lejos de dificultades y conflictos, pero aún así, es él, el que me lleva, me acompaña, su presencia es la que me hace estar seguro.

7. Jehová conforta mi alma. En la vida nos encontramos con situaciones hartamente difíciles, Cristo mismo en un momento crucial, en sus últimas horas dijo: Mi alma está triste hasta la muerte. Cuando hay agotamiento, cansancio, depresión en medio de las turbulencias de la vida; Jehová me energiza, me conforta, fortalece, me anima (impulsar el alma) a seguir adelante. Jehová me da fuerza para seguir adelante.

8. Me guía por sendas rectas por amor a su nombre. Él como pastor establece el camino a seguir,hay dos aspectos importantes: Uno es el camino recto que Dios establece para que ande en él. Es decir, que Dios desea que yo ande rectamente como se lo dice a Abraham. Se le reveló como el Shadai, el Todopoderoso. Le dice: Yo soy Jehová el Todopoderoso, anda recto delante de mí. Dos, Dios no solamente establece el camino justo, sino que guía, va adelante, modela el caminar de su oveja. Dios es justo y desea que nosotros practiquemos la justicia. Dios nos guía por caminos justos, rectos por amor a su nombre. Dios ama a su nombre, lo respeta y cuida que no haga nada que lo desprestigie, Dios es Dios. 

9. Jehová es compañero permanente. No hay razón para temer ya que aún el transe de la misma muerte es una experiencia de acompañamiento. En Juan 14, encontramos a Jesús diciendo que no hay motivos de turbación, sino de confianza en él, así como en el Padre y que tenemos una mansión preparada para la eternidad. Debo creerle que nunca me deja solo, aunque tengo momentos en que ese es mi sentir. Debo creerle que me ha preparado un lugar en la casa de su Padre, que es mi Padre, mi pastor, así que todo conflicto, problema, dificultad, es temporal, mientras me espera una eternidad sin llanto, ni dolor. El pastor me acompaña en caminos tenebrosos, turbulentos, llenos de enemigos y buscadores de todo mal.

10. Jehová me infunde aliento. El salmo habla de vara y callado, la vara que era instrumento de lucha, de pelea, ya sea con un ladrón de ovejas o una bestia como león, oso, lobo. El callado sirve para rescatar del peligro a la oveja o a los corderos, saberse protegidos el salmista recobra el aliento, desecha la angustia, porque su pastor es el protector y rescatador.

11. Jehová nos hace un delicioso banquete. Aunque los enemigos se opongan, Dios hace fiesta como cuando el pastor recupera la oveja perdida. Lucas 15, es exactamente lo que hace unpadre cuando regresa el hijo pródigo. Jehová le da sabor a la vida, se disfruta plenamente a pesar de estar rodeado de gente que desea el mal.

12. Jehová cura y sana. El aceite era usado para curar heridas, golpes y para ahuyentar insectos. Dios es el sanador y él cuida terapéuticamente a la oveja, me da la medicina que necesito. Dos personas pueden tener la misma enfermedad, pero no responden de la misma manera a una misma medicina, con Dios no hay ese problema, porque él es el médico que sabe diagnosticar sin equivocación alguna.

13. Jehová me hace estar alegre. Esta metonimia nos habla de un gozo permanente, que viene de tener una relación personal con Dios. Dios es quien hace que este gozoso. En el Nuevo Testamento nos encontramos con que una cualidad del fruto del Espíritu Santo es el gozo. Así que yo soy gozo, porque mi copa está rebosando.

14. Con Jehová como pastor están seguros el bien y la misericordia. Todos los días de mi vida, dice le salmista. Dios es bueno y misericordioso, no hay un solo día que no derrame sus bendiciones a sus ovejas. El problema de nosotros es que el afán y la ansiedad de la vida diaria nos impiden ver la mano de Dios aún en detalles pequeños, como cuando se le manifestó a Elías en aquella hora de terrible depresión, se le manifestó en un apacible silbo. Jehová es mi pastor nada me falta.

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