(Escrito por Tomás Eliseo Martínez)
1. Nos encontramos con las palabras de Cristo, pronunciadas en medio de una discusión apostólica, sobre quienes de ellos o quién sería el más importante, o el primero. Jesús les enseñó que el primero es aquel que tiene como propósito principal de su vida el servir a los demás y se ofreció como modelo a seguir.
2. Jesús no vino para ser servido. Jesús, el Hijo de Dios, Dios mismo, el creador del universo, el soberano omnipotente, vino a este mundo sin tener un lugar adecuado donde nacer, creció como el hijo de un pobre carpintero, cuando andaba desarrollando su ministerio, dijo que no tenía ni donde reclinar su cabeza.
3. Jesús, no nació como un príncipe para ser servido, aunque lo merecía, el vino para servir, el pantocrátor vino para servir y hasta dar su vida en rescate por muchos. Nació para servir, su vocación era servir a las masas empobrecidas, marginadas, explotadas y oprimidas que necesitaban oír buenas noticias. Noticias de que Dios satisface sus necesidades de forma holística, Lucas 4:18-19.
4. Cristo vino para servir como un mediador entre Dios y los hombres. Solo un Dios y hombre a la vez podía hacerlo, sólo él podía representarnos a la humanidad y representar a Dios ante nosotros. Cristo siendo Dios, no se aferró a esa condición, al contrario se humilló y vino en forma de siervo y en su condición de hombre siervo sufrió la cruz. Dio su vida en rescate de muchos. La Biblia nos dice que Cristo murió por el mundo, pero los beneficios de su muerte son aplicados a los que creen en él, Juan 3:16, 36. Cristo quiere que nosotros amemos de la misma manera, 1 Juan 3:16.
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