(Escrito por: Tomás Eliseo Martínez)
1. Dios no es un ser que hace las cosas por accidente, o que reacciona a las circunstancias. Dios actúa de acuerdo a un plan. Así lo vemos desde las primeras palabras que encontramos en el libro de los principios.
2. Cuando leemos en las Sagradas Escrituras su plan sobre nuestra salvación, nos encontramos con que lo hizo en la misma eternidad, antes de la creación. Lo mismo fue la muerte de nuestro Señor Jesucristo. Su muerte fue el plan de Dios para poder reconciliarnos con Él. El texto bíblico dice: A este entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos inicuas, crucificándole. Así que fue Dios, quien lo entregó, es decir que nada de lo que aconteció aquel día de la historia en que Judas entregó a su maestro a los líderes religiosos, estos a Pilato, nada hubiese pasado. Lo que pasó, pasó porque Dios lo entregó, lo dio, lo ofreció como el cordero pascual que quita el pecado del mundo.
3. Dios tomó la determinación de hacerlo así, ya que era el único camino para satisfacer su demanda justa contra el pecado del hombre. Solo Jesús hombre y Dios podía cumplir con esa demanda. Como hombre pudo tomar nuestro lugar; como Dios pudo satisfacer la justicia de
Dios, ya que era sin pecado. Al satisfacer la justicia de Dios expió nuestros pecados.
4. Dios conoció de antemano cada detalle de los acontecimientos que llevaron a su Hijo a la cruz. Como lo dice Pedro, que fue destinado desde antes de la fundación del mundo. Dios tiene un conocimiento previo sobre mi vida, y conoce cuál es mi futuro, porque él tiene un plan para mi vida y es un plan perfecto. Porque de un Dios perfecto solo puede salir perfección.
5. ¿Por qué afanarme por el mañana? Jesús dice: bástale a cada día su propio afán. Vivamos cada día confiados en que estamos en las manos de un Dios que conoce, sabe lo que es bueno para nosotros.
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