lunes, 23 de agosto de 2010

EL FRUTO DEL ESPÍRITU.

GÁLATAS 5:22-24
(escrito por: Eliseo Martínez)
1. Primero notemos la palabra mas, la cual nos señala un contraste que relaciona el contenido con lo que anteriormente viene diciendo Pablo desde el versículo 16. El versículo 16 nos habla de dos estilos de vida: Andar en el Espíritu o, vivir satisfaciendo los deseos de la carne.
2. Andar en el Espíritu es permitir que el Espíritu Santo produzca su fruto. Un fruto con variadas características que son el ideal del carácter cristiano.
3. ¿Cómo es un cristiano? Es amor. La Biblia afirma que Dios es amor, y lo demostró ofrendando a su Hijo, Juan 3:16. El creyente es amor y puede y debe vivir 1 Corintios 13:1-8.
Pablo nos describe el amor y nos dice que nunca deja de ser. El amor es acción, no sólo son palabras que lleva el tiempo, 1 Juan 3:16. El Antiguo Testamento nos presenta un modelo sorprendente. Jonatán y David (2 Samuel 1), donde el amor entre estos dos amigos ha pasado a la historia como un modelo de amistad genuina, auténtica puesta a toda prueba. En Efesios se nos ordena a los esposos a amar a las esposas con amor sacrificial como Cristo amó a la iglesia.
4. El cristiano es gozo. Contentamiento a toda prueba, permanente, sin importar las circunstancias. Como Pablo, que no importaba si tenía abundancia o escasez, él había aprendido a vivir en contentamiento. Además la Biblia nos dice que debemos regocijarnos en el Señor siempre y lo repite: REGOCIJAOS. ¿Cómo puedo regocijarme, estar gozoso, cuando la circunstancia es adversa? Enfermedad, desastre comercial, pérdida de un ser querido, matrimonio en conflicto, robo, etc. El gozo es una realidad, porque sabemos que Dios tiene
todo bajo control, él es soberano y nada sucede sin su voluntad. Job, es un ejemplo de cómo aceptar las circunstancias adversas. Job perdió todo, lo material, pero no a su Dios.
5. El cristiano es paz. Vive en paz, sereno, tranquilo en medio de la tormenta de la vida, pero también él en sí es paz, siembra la paz, es un pacificador. El papa Juan Pablo II, decía que debemos convertirnos en artesanos de la paz. La palabra adecuada sería constructores, el pacificador es un constructor del diálogo que puede llevar al entendimiento, a la reconciliación, en este caso el creyente que es paz es un intermediario. El creyente paz no es explosivo, no trata de arreglar las tensiones violentamente desde verbal, sicológica y física,
acabo de oír por la radio que en Catacamas, Honduras, el 82% de los casos atendidos por la policía en el año 2002, se debió a la violencia interfamiliar. Que triste es saber de hombres que creen ser cristianos y son abusadores, cobardes. El verdadero creyente es paz.
6. El Creyente es paciencia. Paciencia es saber esperar, que difícil es para los que nos hemos acostumbrado a lo instantáneo. Café instantáneo, sopa de pollo instantánea, etc. No queremos esperar. El creyente paciencia sabe esperar el tiempo de Dios. Moisés quiso adelantarse 40 años. Paciencia es no desanimarse tan fácilmente. Se mantiene firme, estable en el puesto, también avanza a pesar de lo hostil que puede ser el camino. El camino de Jeremías no fue fácil, hasta llegó a acusar a Dios de violación, Jeremías se sentía como una mujer violada.
Pero no podía detenerse, siguió adelante contra viento y marea. Isaías tuvo un ministerio de medio siglo aproximadamente, a pesar de que su mensaje no iba a ser oído el no vería el resultado de su ministerio, pero fue llamado por Dios (Isaías 6:1-8) y cumplió. La paciencia se ve en nuestras relaciones personales, principalmente con aquellas personas difíciles, con carácter agrio, amargado, resentidos y eso hace que actúen de manera ofensiva.
7. El cristiano es benignidad. El ser benigno es la cualidad que hace que una persona haga acciones calificadas de buenas. Una persona benigna se identifica con el necesitado, el marginado, el huérfano, la viuda, el extranjero. Esta identificación no solo es sentimental, sino activa, son acciones concretas tanto en el servicio como la acción social. El servicio social es lo inmediato, lo ya urgente, los frijoles, el arroz, la medicina, lo que no puede esperar. La acción social, es lo se hace para que no haya hambre, por gestar leyes justas para empoderar al pobre. La acción social promueve la paz, lucha por la protección del medio ambiente.Promueve el desarrollo sostenible, se camina con el pobre. La benignidad endulza el carácter.
El benigno es bondadoso. Se es benigno, se hacen bondades. El ser benigno es ser bueno. Dios es bueno, una persona benigna es imitadora de Dios.
8. El cristiano es bondad. Es la evidencia de que se es benigno, es la demostración, es lo que otros ven. La bondad es acción, es generosidad, es dar no sólo cuando se tiene para dar, se da porque se quiere dar, no importa si es sacrificialmente. La bondad se traduce en un carácter tratable. Alguien con el que no cuesta establecer relaciones estrechas, es respetuoso, considerado muy gentil. La bondad no da lugar a la altanería y al menosprecio, no da lugar a poses de superioridad, al síndrome Nabucodonosor.
9. El creyente es fe. Por lo menos podemos pensar en fe en tres sentidos: Fe, que se vive en dependencia total de Dios, el director y proveedor de la vida. Como director, Dios es el guía de una vida que no busca su propio camino. Como proveedor él es la fuente de toda bendición.
Fe, en sentido de fidelidad, lealtad. Mantenerse en la fe, sin dar pasos atrás, sino siempre se va adelante en medio de la adversidad, en medio de la hostilidad se es hombre o mujer de fe. Fe, en sentido de mantenerse sano en el credo, lo que se cree. Una fe que hemos recibido, que debemos cuidar y proteger, Judas 3. Hay una gran necesidad de ser defensores de la fe, de la doctrina sana. El Espíritu Santo nos convierte en apologistas.
10. El creyente es mansedumbre. Recuerdo que Billy Graham escribió: La mejor palabra que viene a mi mente sobre el significado de manso es, domado. Ser manso es tener domado, controlado el carácter. Toda manifestación descontrolada del carácter es evidencia contraria a la mansedumbre. La mansedumbre tiene que ver con no reaccionar coléricamente a todo aquello que no es agradable. O si hay enojo, no se descontrola, sino se canaliza de manera adecuada, no se defiende al ser atacado en su persona como Moisés o Cristo mismo, pero reaccionan con enojo cuando se trata de Dios. El manso permite a Dios, que sea el
reinvindicador del prestigio o el buen nombre del creyente. El manso no se venga, deja en manos de Dios, las heridas recibidas de gente que busca dañarlo. Conviene decir que manso no es ser menso. Recordemos que como personas ciudadanas del país tenemos derechos, así como responsabilidades. Si cumplimos con nuestras responsabilidades podemos también reclamar nuestros derechos como lo hizo Pablo en Filipos. Ser manso es ser controlado de carácter.
11. El creyente es templanza. Templado, hecho para cumplir con el propósito para el cual se fue creado. Como una herramienta agrícola de mano que es templada para ser aguzada primero y luego afilada para aguantar el rigor de su uso. El templado se logra al ser sometido el metal a altas temperaturas y luego a bajas temperaturas. La templaza es el salir en buen estado en medio de la turbulencia de la vida; la vida es de altibajos de vacas gordas y vacas flacas, para arriba y para abajo. La Biblia dice, que para estas cosas no hay ley. ¿Quién puede vivir teniendo un carácter en que se vean todas estas características? Este es el carácter cristiano, fruto del Espíritu Santo, es el carácter de Cristo, es la vida que agrada a Dios, es vivir
rechazando los deseos carnales.

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