Por: Eliseo Martínez
Al elaborar un objetivo, debe buscarse que sea práctico,
factible, asequible, comprensivo y específico. Quienes elaboran bien sus
objetivos saben hacia donde van y que quieren. Saben que dirección seguir;
Oliver Wendell Holmes comentó: “Lo grande en este mundo no es dónde estamos,
sino en qué dirección nos movemos”. Por lo tanto, un objetivo debe ser
concreto, cuantificable, debe ser real y contener un desafío personal.
Los objetivos nos ayudan a hacer buen uso del
potencial que se posee, a reconocer las limitaciones. Nos permiten trazar el
cómo llegar al destino establecido. Nos facilitan encontrar los medios para
alcanzar los fines y nos permiten evaluar los resultados.
COORDINACION
Coordinar es lograr que las personas cumplan con sus
asignaciones de manera unificada en el tiempo adecuado. Se coordina cada paso que
se da en la persecución del objetivo trazado. Se genera un trabajo armonioso de
todos y cada una de las personas involucradas para lograr las metas. La
coordinación genera dirección. Sin dirección se gasta energía en círculos, hay
mucha actividad estéril.
La coordinación busca anular que entre los miembros
del equipo de trabajadores compitan menoscabando a los otros para sobresalir.
Requiere mucho tacto y entender los diferentes caracteres y personalidades de
la gente que trabaja con nosotros. Ayuda a la gente a trabajar en armonía, no
digo sin conflictos y sin problemas sino que se trabaja en armonía buscando la
o las soluciones a los problemas.
El que coordina debe evaluar como cada rol o función
asignada contribuye a lograr la meta común. Es decir que la coordinación exige
verificar que cada área este trabajando en el ritmo adecuado y evitar así que
los resultados del trabajo no sean satisfactorios.
Pablo en Efesios 4:11-16, nos dice cual es el
propósito de los lideres que Cristo a dado a la iglesia. Entre estos líderes
esta el pastor-maestro, Cristo dio los lideres a la iglesia para que fueran
capacitadores, equipadores de los santos (creyentes en Cristo), para que hagan
del servicio, un buen servicio. Así como edificar el cuerpo de Cristo para que:
“Todos lleguemos a la unidad de la fe, y del conocimiento del hijo de Dios, a
la madurez, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no
seamos niños sacudidos de aquí para allá por las olas, y llevados por todo
viento de doctrina por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas de
error; sino que hablando la verdad en amor debemos crecer en todos los aspectos
en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo (estando
unido por cohesión que los ligamentos proveen) conforme al funcionamiento
adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo mismo para su
propia edificación en amor” (13-16 BLA).
El funcionamiento adecuado de cada miembro produce el
crecimiento, afirma el apóstol Pablo impulsado por el Espíritu Santo. Coordinar
es lograr que cada miembro funcione adecuadamente y así alcanzar los objetivos
trazados.
CONCLUSION
Una realidad a tomar en cuenta es el hecho de que no
todo pastor-maestro posee los mismos dones y también es verdad que muchos que
están en trabajos pastorales no tienen el don de pastor. Pero la Biblia nos
instruye sobre que se espera de un pastor. Un pastor sabe qué quiere alcanzar
con su labor; tiene mejor posibilidades de alcanzar objetivos trazados y le
permite coordinar a sus colaboradores con diferentes dones complementarios, por
medio de quienes multiplica su servicio, para bien del pueblo de Dios bajo su
cuidado pastoral.
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